lunes, 27 de diciembre de 2010

La Daga Burdea

Por Rodolfo

   En la estación, al mirar por la ventana del buscarril hacia la boletaría, visualizo el castillo. No dejo de pensar en lo que había pasado.

   Tiempo atrás estaba buscando algún trabajo distinto al de la posta y cuando supe de que el gringo jubilado, Mister O´Ryan, necesitaba de quien lo cuidara, fui hasta su hogar. Su señora había fallecido hace 20 años atrás. La gripe española que asoló a Europa en la década de los veinte fue la causante de su muerte. El viejo me contó que la gripe era tan fuerte que hacía que los cuerpos desaparecieran de la faz de la tierra y que aquellos cadáveres estaban malditos. Siempre pensé que el maldito era él y que su mujer se había arrancado de su lado, pero él necesitaba de quién lo cuidara y yo el dinero para salir de este pueblo.

sábado, 18 de diciembre de 2010

El Amor de Petunia

Por Rodolfo

   A continuación del sofá que daba hacia la puerta principal, había erecta una angosta columna de madera. En su extremo achatado un macetero de greda, donde Petunia lucía como la más bella flor de la casa.
   El hombre celaba de Petunia en todas sus formas. No bastaba sólo con cuidar de su hidratación, sino que una vez por semana, de manera delicada la aseaba con un suave paño, acariciándola, desde el tallo, paseando por cada hoja con especial dedicación, hasta llegar a su única flor formada de blancos pétalos divididos por unas delgadas líneas violetas. Pese a la altura de no más de cincuenta centímetros, sus hojas redondeadas y ligeramente vellosas relucían su verdoso cuerpo.

domingo, 5 de diciembre de 2010

La Cena de Conquista

Por Rodolfo
Cada golpe del cuchillo en la tabla va a la par de sus latidos. Al sólo imaginar la futura presencia del invitado su corazón se acelera y los cortes también, hasta terminar la zanahoria en una serie de rodajas dispuestas en la fuente. Es una cena especial y ella lo sabe.

Toma los cebollines y continúa el mismo ejercicio pero esta vez los ojos de Matilde se llenan de lágrimas. La emoción del amor con historias desafortunadas. Su primer marido muerto tempranamente. Otro desaparecido después de un mes viviendo juntos y una serie de encuentros, más bien, desencuentros con extraños. En esta oportunidad parece ser distinto: una gran apuesta al amor eterno.

Al terminar con los cebollines, Matilde va hacia la mesa del comedor. Chequea que todo esté en su lugar. El mantel sin ninguna arruga. Sobre él dos individuales, uno frente al otro. Las servilletas enrolladas celosamente y atadas con una fina cinta. Tres copas para cada puesto. El vino tinto ya destapado y a temperatura perfecta. El vino blanco en un hermoso balde con agua helada. Los servicios bien posicionados y una vela que será la luz de la cena. Corrige las posiciones de las sillas y vuelve a la cocina.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Café con Tostadas con Mantequilla

En el hospital, es un secreto a voces que el jefe de servicio y su secretaria dejan correr sus emociones en la oficina. Y la función como administrativo me ha posibilitado un nuevo puesto de trabajo junto a aquella funcionaria, a sólo unos metros del lugar de los hechos.
Innumerables veces se han encerrado, por largos minutos, a tratar “aspectos del trabajo”. Después de observar los distintos peinados con que sale la secretaria de la oficina, seguramente por buscar el azúcar, calentar el agua o batir la leche, está más que claro que el típico café mañanero viene con más de algún “agregado”.

martes, 7 de septiembre de 2010

El Champagne y la Trompeta

   Es noche de actuación y ojalá que sea tan buena como la anterior. Buscando por los rincones de mi camerino, encuentro mi traje diminuto de lentejuelas y un hermoso abrigo burdeo traído de Paris, ¡SI!, de la mismísima Francia. ¿Qué se creen ustedes que yo soy de la malas?... Soy la más distinguida de este burdel. No sólo satisfago a mis clientes, también bailo y canto. La Maripepa me dicen pero no por mi rostro, el mío es más hermoso, sino por mis largas piernas, la envidia de todas éstas colegas de acá.
   Ayer conseguí un inglés, lindos labios aunque desabrido el resto. De torpes manos, hablaba muy poco español y de vez en cuando se le escuchaba un “Oooo, mai god”. Obvio, si yo también le pego al inglés y como soy la más bella, todos los gringos se fijan en mí.

miércoles, 18 de agosto de 2010

El Viaje

   Nuestros cuerpos estaban muy cerca, su aliento me sedujo, susurró algo en mi oído y la suave brisa impregnada me hizo sentir un increíble escalofrío que recorrió desde la punta de mis pies hasta mi cabeza.
   Éramos dos cuerpos unidos por el fervor de las almas. Fue así como aquella mujer tomó la iniciativa, llevando su mano a mi brazo, el cual recorrió lentamente, centímetro a centímetro, hasta llegar al hombro.
   En un momento, su mano voló hacia mi cuello, aprisionándolo fuerte y al unísono su boca se fundió con la mía. Nuestras piernas se entrelazaron, con un brazo rodeé su cintura y mi otra mano fue a llegar hasta su pecho, cuando… ¡PAF!... Súbitamente recibí una inmensa cachetada que me lanzó hasta mi asiento pero aún con mi mano aferrada al sostén. El viaje en bus había sido un poco extenso y a la anciana sentada al lado no le pareció muy agradable mi sueño.

sábado, 7 de agosto de 2010

Entre Rejas

   Aquí permanezco, lejos de mi familia. Estar entre rejas es angustiante, más aún cuando el espacio que tengo es reducido y con dificultad logro avanzar en círculos. De impotencia me he automutilado y cuando la exasperación domina, comienzo a golpear y morder los metales cilíndricos, esperando que en algún momento cedan su infranqueable solidez.
   El agua es reducida pero suficiente, y debo extraerla de un insólito tubo dispuesto en uno de los costados. Cuando siento frío me arrincono, respirando lo menos posible para conservar el calor, y si deseo dormir, froto las heridas de mi pálido cuerpo hasta que mis ojos encarnados se cierran.
   A corta distancia, gracias a una luz tenue, logro ver unos tipos vestidos de blanco, con sus rostros cubiertos. Cada cierto tiempo me fuerzan a tragar un líquido asqueroso. Me invade la debilidad y las nauseas y pierdo la conciencia desagradable y lentamente.
   Sin embargo, debo reconocer que son mi único y esporádico contacto amable, en el momento que uno de ellos grita: “¡Es hora de alimentar al conejo!”.

domingo, 25 de julio de 2010

Beso Vinotinto

Cómo no voy a recordarte amiga Renée, me regalaste tus sabios y precisos consejos, y en aquella ocasión fue muy importante y especial el decirme que no me preocupara, que todo iba a salir bien, que iba a encontrar a otro que realmente merecía, que me amara por lo que soy y que el matrimonio era una ceremonia única y muy especial.
   Estaba hecha pedazos cuando Roberto terminó conmigo. Llevábamos siete años juntos y casi dos preparando la gran fiesta, eligiendo la iglesia, buscando lugares para la cena y baile, haciendo la lista de invitados y todas esas cosas. Pero él, un día, me llamó por teléfono para que nos juntáramos porque necesitaba conversar conmigo. Fui, pero con un mal presentimiento, ya que su voz era distinta, estaba como distante. Al llegar, mi primera confirmación de que algo andaba mal fue el beso que recibí en la mejilla, me puse muy nerviosa y cuando me ofreció algo yo sólo pude pedir un agua mineral. Comenzó a hablar cosas que no entendía muy bien, se daba vueltas como en lo mismo, quise tomarle la mano pero se echó hacia atrás cuando me dice que no podía casarse conmigo, que estaba confundido, que no era yo la culpable, que era él, y termina con una frase ratificando que me amaba y que por eso tenía que terminar. Me deshice en llantos, no entendía, intentó calmarme. Le pregunté si necesitaba tiempo, pero la respuesta fue que no, me eché la culpa no sé cuantas veces, pero con dulces palabras intentaba alejarme de dicha responsabilidad. No pude seguir ahí por más tiempo, tomé mis cosas y me levanté rápidamente para escapar de aquella espantosa situación.

martes, 13 de julio de 2010

No estamos solos

   Noches sintiendo el sonido infernal. Ese rasguño eterno en el techo, con aquel ruido idéntico al que se hace cuando el viento y la saliva pasan entre los dientes, y una serie de masticadas, similares a cuando alguien come una lechuga. Creí saber lo que era pero al no verlo mi seguridad estaba en jaque.
   Después de llegar del trabajo realicé la rutina de siempre: sacar el candado de la reja del antejardín, abrir la puerta de entrada, desconectar la alarma, cerrar la puerta, dejar mis cosas en la pieza y cambiarme de ropa; después de ello, ir donde las perras, limpiar el piso de sus deshechos, volver a la logia, sacar del mueble, bajo el lavatorio, la comida y llevárselas. Pero esta vez no pude terminar. La bolsa de alimento tenía un orificio en una de las esquinas y restos de comida que me llevaban hacia el desagüe. Los oscuros, delgados y pequeños cilindros de excremento confirmaban mis dudas: ¡Un ratón!.

lunes, 21 de junio de 2010

Pasos

Al despertar siento ruido afuera. Voy de inmediato hacia la ventana. Me asomo y veo a un tipo que corriendo desaforadamente dobla en la esquina, mientras se escuchan unos extraños ruidos de tambores a la distancia. Encontré un mejor ángulo para mirar entre las protecciones. Mi casa esta llena de ellas. Son tantos los atracos en el barrio, sumados al miedo que de alguna u otra manera te traspasan los vecinos, que hice necesario el transformar mi hogar en una fortaleza.
El portón está cerrado y ningún alma más en la calle. Pienso que es algún vecino jugando con su hijo ¿Pero con este clima? ¿Con tanto frío? Vuelvo a lo mío y mientras me estiro observo mi taza de té que está vacía. Voy por una. Al pasar frente al televisor veo que está encendido en un programa de cultura, donde unos africanos realizan un ritual, bailando entre música de tambores, con una serie de gritos y rezos en su dialecto. Al llegar a la cocina echo agua en el hervidor y lo enciendo.

martes, 18 de mayo de 2010

Bucéfalo

Mi trabajo en el hipódromo tiene de todo un poco, no obstante, el cuidar de caballos se ha convertido en algo vital, al sentirme parte de este hermoso linaje.
Hoy me toca sacar a Bucéfalo a dar unas vueltas, que es el fina sangre favorito de mi patrón. Después de peinarlo, con suficiente tiempo para admirar su increíble estilo, le ajusto la montura. En la pista, comenzamos con unos trotes cortos. Voy sintiendo su fuerte respiración, y la mía se va fundiendo, lentamente, a la de él. Cada pequeño salto, lo percibo como propio, y el viento nos mueve la cabellera, exponiendo nuestro poderío...

sábado, 15 de mayo de 2010

Primera Partida

Por Rodolfo B.

El escenario con iluminación perfecta. El tablero con sus 32 piezas distribuidas para el comienzo de la primera partida del desafío mundial. Por un lado, Karpov, con exceso de confianza propia de su vasta experiencia en estas instancias y una increíble racha de victorias en este año. Por otro, Kasparov, errante en sus últimos encuentros pero el único capaz de poder frenar a tan temido maestro.
Ambos puntuales. Se saludan y chequean sus asientos. Kasparov comanda las blancas. Sutilmente sus peones avanzan, distribuyéndose en cortas diagonales y así dificultar el paso del ejército negro. Al frente, los caballos azabaches tantean el terreno para quebrantar la fuerte muralla blanca que se estaba construyendo...