En el hospital, es un secreto a voces que el jefe de servicio y su secretaria dejan correr sus emociones en la oficina. Y la función como administrativo me ha posibilitado un nuevo puesto de trabajo junto a aquella funcionaria, a sólo unos metros del lugar de los hechos.
Innumerables veces se han encerrado, por largos minutos, a tratar “aspectos del trabajo”. Después de observar los distintos peinados con que sale la secretaria de la oficina, seguramente por buscar el azúcar, calentar el agua o batir la leche, está más que claro que el típico café mañanero viene con más de algún “agregado”.